Rostros del Golfo: Catalina López Sagástegui

Nací en Mexicali, BC pero crecí en San Miguel de Allende, Guanajuato. Después de pasar 4 años en Monterrey, NL, me mudé a La Paz, BCS para estudiar Biología Marina en la UABCS. En el 2006 terminé la Maestría en biodiversidad marina y conservación en el Scripps Institution of Oceanography en San Diego, CA, y desde el 2010 soy investigadora en UCMEXUS.

En mis tiempos libres seguro me encuentran en mi casa o haciendo algo al aire libre. Realmente no importa la actividad, pero si se trata de estar en el solecito para mi es mejor. Cuando estoy de viaje en el Alto Golfo de California (que es frecuentemente) disfruto de las invitaciones que me extienden pescadores y sus familias para acompañarlos en desayunos o comidas; es cuándo comparten las mejores historias sobre el mar y la vida cotidiana en las comunidades (y en caso de que se estuvieran preguntando, ¡todos cocinan delicioso!). Tomarnos un café (o Coca-Cola bien helada) por las tardes, ir al muelle en San Felipe o sentarse en la playa de El Golfo de Santa Clara a ver las pangas regresar de la pesca es el cierre perfecto a una jornada de trabajo.

Mi trabajo consiste en ayudar a construir relaciones colaborativas entre grupos que normalmente no trabajarían juntos. Trato de ayudar a científicos, usuarios de recursos naturales, autoridades y grupos de conservación a encontrar oportunidades para que puedan alcanzar sus metas a través de la colaboración basada en un diálogo abierto, en la confianza y en la transparencia de proyectos. Garantizar el flujo de información es crucial, por lo que siempre estoy en busca de nuevas técnicas y herramientas de comunicación y dinámicas de trabajo. A través de estas pequeñas acciones he venido estudiando y documentando los impactos que esfuerzos de conservación y manejo de recursos naturales han tenido en la dinámica de las estructuras y redes sociales de las comunidades en del Alto Golfo de California.

Cada día me enfrento a distintos retos, pero he aprendido que con paciencia, respeto y comunicación todo se puede arreglar. Encontrar un punto medio cuando existen conflictos o diferencias no es fácil, pero tampoco imposible. La constancia y confianza entre colaboradores permite que las cosas avancen. Estos avances, por más pequeños o grandes que sean, son logros que celebro. Mi logro más grande hasta el momento ha sido encontrar un tema que me apasiona (Conservación y manejo en el Alto Golfo de California) y haber encontrado un equipo (a quienes pueden conocer en estas ediciones de Rostros) dispuesto a explorar nuevas dinámicas de trabajo y a crear esquemas innovadores para el estudio del mar y sus recursos.

Me considero afortunada de estar rodeada de personas de quienes puedo aprender y con quienes comparto filosofías y valores tanto en lo personal como profesional. Siempre recordaré con cariño y admiración a Don Andrés Rubio (qepd), líder de los pescadores de San Felipe con quien pasé mucho tiempo trabajando. Don Andrés se aseguró de que yo entendiera los retos que el sector pesquero enfrenta en la región. Después de darme un tour de San Felipe un verano a 40 °C, me invitó una limonada (con muchísimo hielo) y me platicó de su visión de un futuro donde el balance entre la conservación, el uso de los recursos pesqueros y las necesidades de las comunidades fuera la norma y no la excepción. Esa plática ha marcado la manera en que desarrollo mi trabajo. Por otro lado, científicos como Enric Sala y Jeremy Jackson también han influenciado mi formación profesional. La importancia de siempre tener un ojo crítico, sobre todo para el trabajo propio, es algo que aprendí al escucharlos en clase, presentaciones o en momentos de convivencia. Los tres, cada uno de manera distinta, me enseñaron a adaptarme al contexto en el que esté trabajando, a identificar las necesidades de mis colegas y a buscar estrategias de trabajo que no sólo sean efectivas sino duraderas.