El Puerto de San Felipe, Baja California a 90 años de su fundación, no está atravesando por sus mejores momentos. La Pesca ilegal de totoaba (Totoaba macdonaldi) genera una presión negativa sobre la población la vaquita marina (Phocoena sinus), al incrementar la amenaza de muerte incidental debido al uso de las redes agalleras que se utilizan para capturar a este pez. Ante la presión nacional e internacional, el gobierno mexicano ha decidido implementar una veda por dos años prohibiendo el uso de redes agalleras, cimbras y/o palangres en el Alto Golfo de California ya que ponen en peligro a la vaquita marina. Si bien es cierto que se habla de una compensación económica para los pescadores y la cadena productiva que también se verá afectada por esta estrategia, la economía del puerto de San Felipe absorberá un golpe fuerte, y del cual todavía no conocemos su magnitud.
El nerviosismo generado por la veda que comenzará en abril es uno de los factores que hacen la situación del alto golfo compleja. En las últimas semanas la región ha estado viendo los precios de la gasolina subir, llegando a pagar hasta $14 pesos por litro de magna. Ante estos costos elevados del combustible, la población busca la homologación del precio con el de la ciudad de Mexicali, B.C., pues el puerto pertenece al municipio de la capital del Estado y la diferencia entre los precios es exorbitante. Volúmenes bajos de captura pesquera y precios altos de gasolina disminuyen las ganancias para los pescadores. La gasolina representa el costo más alto en cuanto a costos de operatividad de una embarcación pesquera.
Mientras la fecha de inicio de la veda se acerca y buscan cómo adaptarse a los altos precios de la gasolina, los pescadores además han tenido que lidiar con una veda sanitaria ocasionada por una marea roja. La marea roja lleva más de un mes y aún no se levanta la veda de los moluscos bivalvos, otro golpe para la economía del puerto, pues los productores de almeja generosa como de otras especies afectadas no han podido comercializar sus productos durante este tiempo. La pesquería de almeja generosa es una de las más importantes para el puerto; tan sólo en el 2006 generó más de $80 millones de dólares en el estado. Aunque las mareas rojas son eventos que ocurren de manera natural y no todos estos eventos resultan en vedas sanitarias, la frecuencia y magnitud pueden aumentar al verse afectados por factores como contaminación e incluso temperaturas del agua elevadas. Es la primera vez en mucho tiempo que se registra una marea roja extenderse por todo el Alto Golfo de California (desde Puerto Peñasco hasta Bahía de Los Ángeles) y por tanto tiempo.
En medio de estos sucesos el gremio pesquero de San Felipe se encuentra en incertidumbre. La pesca es la principal fuente de ingresos y con la suspensión en el uso de redes agalleras, es difícil para el sector visualizar un buen futuro en el Alto Golfo de California. Según el documento elaborado por SAGARPA, el valor de la producción pesquera de camarón, escama y tiburón para San Felipe es de $177,256,500 pesos. Un trabajo independiente realizado por el Programa Marino del Golfo de California calculó que sólo las pesquerías de chano, sierra, curvina y camarón tienen un valor estimado de $208,982,142 pesos para la comunidad. El gobierno federal destinará más de $400 millones de pesos para compensar a los pescadores del Alto Golfo por las pérdidas económicas que la suspensión de redes ocasionará. Además, invertirá más de $28 millones de pesos para compensar a integrantes de la cadena productiva.
Por otro lado, no todo es tan trágico, existen programas de Sepesca-BC, CONANP y CONAPESCA de apoyo y financiamiento para proyectos de acuacultura, maricultura, entre otros, dirigidos a pescadores y sociedades cooperativas. Estas son alternativas para la economía del pescador y por ende para el puerto. En los siguientes dos años será de suma importancia invertir en la infraestructura del puerto para garantizar el bienestar del sector y amortiguar el golpe económico que se sentirá en toda la región. Algunos pescadores podrán participar en actividades de vigilancia, para las cuales el gobierno estará destinando poco más de $80 millones de pesos. Además, también está la posibilidad de seguir pescando siempre y cuando se utilicen artes de pesca alternativos, como las trampas y la línea (o piola comúnmente llamado). La pesca deportiva se podría convertir en una alternativa redituable ya que San Felipe es destino conocido para turistas nacionales y extranjeros que gustan de la pesca.
Sin duda los siguientes meses serán difíciles para el sector pesquero. Trabajaremos monitoreando los cambios y ajustes que se estarán haciendo en el Alto Golfo de California para seguir buscando maneras de balancear la pesca con la conservación.
Autor:
Anabel Espinoza nació en San Felipe, Baja California, en donde también radica y es Licenciada en Derecho. Como la mayoría de las personas en San Felipe, pertenece a una familia vinculada a la pesca y el mar. Su punto de vista único y analítico ayuda al equipo del Programa del Golfo de California a comprender el contexto en el cual se vive la pesca en el puerto.